En espacio acorde estamos concienciados con el impacto emocional y medioambiental de los edificios en los que habitamos. Pasamos más del 80% del tiempo en su interior, convirtiéndose en la envolvente térmica que nos protege del exterior, y de la que dependerán aspectos directos de nuestra salud.

Nuestro trabajo como arquitectos ha de tener, necesariamente, muy presente estos aspectos, para desarrollar edificios en lo que se minimice el consumo de energía y se reduzcan las demandas de calefacción y refrigeración.  Como resultado tendremos edificios que se conviertan en entornos saludables y con altos niveles de confort para sus habitantes.

Para llevar a cabo estas premisas, intentamos siempre partir de la concepción de los edificios bajo criterios de arquitectura bioclimática, determinada por construcciones integradas y respetuosas con el medio donde se construyen, y con un diseño que garantice un alto nivel de confort y bajo consumo energético.